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Cada vez que los once jugadores del equipo de fútbol búlgaro Botev Vratsa saltan al campo, hay un Corazón Colombo que late en medio de ellos. Se trata de Federico Barrios, antiguo alumno de la promoción de 2015, un talento deportivo del CCB que ahora juega como portero en este club de la liga búlgara de fútbol.
Recientemente, el estudiante Tomás Aguirre y el Coordinador Extracurricular, Diego Bernal, se reunieron con Federico para conocer su historia deportiva, cómo influyó su paso por el CCB y cómo es su vida como portero en otro país.
Inicialmente, fue Édgar Jurado (RIP), antiguo y legendario entrenador de fútbol del CCB, quien vio el talento de Federico y le instó a unirse a una academia para profundizar en sus habilidades.
"Mis padres hablaron con Edgar y me llevaron a Sarmiento. Allí estuve unos meses y luego pasé a las inferiores del Cali (...) Jugué con la sub-15 y sub-17 del Cali hasta que me fui a Estados Unidos", contó Federico.
Cumplir con el cronograma de entrenamiento era exigente para Federico. Tenía que viajar desde el campus de Pance hasta la sede de Sarmiento en Juanchito. Allí comprobó que el apoyo que le brindaba colegio era fundamental.
"A veces tenía que pedir permiso para salir 30 o 40 minutos antes para llegar al entrenamiento y la colegio me ayudó mucho en mi carrera futbolística. Los profesores eran comprensivos si me atrasaba en algo. El colegio me apoyó desde que entré a Sarmiento y en mi paso a las inferiores del Deportivo Cali", contó Federico.
A los 15 años se marchó a una academia de fútbol en Orlando, donde permaneció tres años. Ojeadores universitarios venían a verle jugar y gracias a esas visitas consiguió una beca para la Universidad de Dayton, de Ohio, de la División 1.
A partir de entonces, el camino fue dando sus frutos. Federico confiesa que convertirse en atleta profesional implica muchos sacrificios, paciencia y perseverancia. Recuerda aquellos tiempos pasados en los que cada entrenamiento de los sábados reafirmaba su pasión. "Yo era de los pocos que llegaba a los entrenamientos de fútbol los sábados. Porque los demás o no querían levantarse o se iban de viaje o de fiesta. Siempre estaba allí todos los sábados, creo que fue uno de los momentos en los que dije: "esto es lo mío".
"Cuando llega el momento, hay que estar preparado porque también he sido testigo de esto con compañeros de equipo, que cuando llega el momento, no están preparados y pierden su oportunidad. Tuve que esperar aquí en Bulgaria un año y medio para jugar y en los tres últimos partidos el equipo lo ha hecho muy bien y yo he jugado. Fue toda la paciencia que tuve en colegio, en la universidad, la que me llevó a lo que quería, que era jugar en Europa y años después lo conseguí, siendo paciente, trabajando duro cada día luchando por ello", dijo.
Barrios firmó su primer contrato a los 24 años. Se considera muy afortunado. Dice que la educación que recibió en su proceso de formación le ayudó a tomar buenas decisiones sobre cómo cuidar su cuerpo, recuperarse, encontrar un equilibrio en su vida y destacó la importancia de mantener la disciplina tanto en sus estudios universitarios como en el fútbol.
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Cada vez que los once jugadores del equipo búlgaro de fútbol, Botev Vratsa, salen al terreno de juego, hay un Corazón Colombo que late en medio de ellos. Se trata de Federico Barrios, exalumno de la clase del 2015, talento deportivo del CCB que ahora juega como arquero de este club en la liga de fútbol en Bulgaria.
Hace poco el estudiante Tomás Aguirre y el Coordinador de Extracurriculares, Diego Bernal, se reunieron con Federico para conocer su historia deportiva, cómo influyó su paso por el CCB y cómo es su vida atajando remates en otro país.
En un principio, fue Édgar Jurado (QEPD), antiguo y legendario entrenador de fútbol de CCB, quien vió el talento en Federico y lo instó a que se uniera a alguna academia para profundizar en sus habilidades.
"Mis papás hablaron con Édgar y me llevaron a la Sarmiento. Ahí estuve unos meses y luego pasé a las inferiores del Cali. (...) Hice procesos con la Sub-15 y Sub-17 del Cali hasta que de ahí me fui para EEUU", contó Federico.
Cumplir con los horarios de entrenamiento era exigente para Federico. Debía trasladarse desde el campus en Pance hasta la sede la Sarmiento en Juanchito. Ahí encontró que el apoyo brindado por el Colegio fue crucial.
"A veces tocaba pedir permiso para salir 30 o 40 minutos antes para llegar a entrenos y el Colegio me ayudó bastante con el proceso futbolístico. Los profesores eran comprensivos si en algo me atrasaba. El Colegio me apoyó desde que entré a la Sarmiento y en mi transición a las inferiores del Deportivo Cali", señaló Federico.
A los 15 años partió a una academia de fútbol en Orlando, en la que estuvo durante 3 años. Las universidades iban a verlos jugar y fue gracias a esas visitas que logró conseguir una beca en la Universidad de Dayton en Ohio, de División 1.
El camino de ahí en adelante fue dando sus frutos. Federico confiesa que el convertirse en deportista profesional implica muchos sacrificios, paciencia y perseverancia. Recuerda aquellos tiempos pasados en los que con cada entrenamiento sabatino reafirmaba su pasión. "Era de los poquitos que llegaba al fútbol los sábados. Porque los demás, o no se querían levantar o se iban de paseo o de fiesta. Yo siempre ahí todos los sábados, yo creo que ese fue de los momentos en que yo dije: esto es lo mío".
"Cuando llega el momento te toca estar listo porque también he visto con compañeros, que les llega el momento, no están listos y pierden la oportunidad. A mí me tocó esperar aquí en Bulgaria año y medio para jugar y ya en los últimos tres partidos al equipo le ha ido muy bien y he jugado. Fue toda la paciencia en el colegio, en la universidad, que llevó a lo que yo quería, que era jugar en Europa y años después lo conseguí, siendo paciente, trabajando duro todos los días guerriándola", manifestó.
Barrios firmó su primer contrato a los 24 años. Se considera alguien muy afortunado. Expresa que la educación que recibió en su proceso de formación le ayudó a tomar buenas decisiones de cómo cuidar su cuerpo, recuperarse, encontrar un equilibrio en las áreas de su vida y enfatizó la importancia de mantener la disciplina correspondiente tanto a los estudios universitarios como al fútbol.